Nuevas tendencias energéticas

El descenso del precio del crudo obedece a un juego de poder entre los países productores y los países que han buscado en los hidrocarburos no convencionales un sustituto al petróleo. No debemos acostumbrarnos, por tanto, a precios bajos del barril. Coche eléctrico, renovables, autoconsumo,… son algunas de las palabras que nos acompañarán en el sector energético durante las próximas décadas. Energías que complementarán al mix tradicional (petróleo, gas, carbón, nuclear,…) pero que tardarán mucho tiempo en poder ofrecer una alternativa real.

Dependencia energética, dependencia financiera

El descenso en el barril de crudo ha supuesto para la economía española un ahorro de 15.000 millones de euros pero este ahorro es algo temporal. Para un país que tiene que importar el 99,3% del petróleo que necesita, las actuales guerras de poder entre países productores e importadores suponen un vaivén altamente peligroso.

España, como todos aquellos países que no tiene una producción de hidrocarburos significativa disfruta cuando los precios están bajos y sufre indeciblemente cuando esos mismos precios suben. Las recomendaciones de la Agencia Internacional de la Energía para períodos de desabastecimiento (flexibilidad de la jornada laboral para reducir atascos, fomento del teletrabajo, reducción del precio del transporte público…) no han estado en la agenda de los Gobiernos, más centrados en ganar las siguientes elecciones que en planificar cómo debe ser el país dentro de 10, 20 ó 30 años.

Renovables, una obligación europea

La apuesta por las energías renovables obedece más a un compromiso europeo contra el cambio climático y la dependencia económica de los combustibles fósiles que a un arrebato ecologista de uno u otro Gobierno. Impulsados por la creciente preocupación por el cambio climático, los Gobiernos de la Unión Europea impusieron objetivos obligatorios de energías renovables.

Más del 30% de la demanda nacional se satisface con energías renovables

Más allá de las fórmulas elegidas y de las políticas o cambios regulatorios que tan gravemente está afectando a España en el ámbito internacional (tenemos el récord de arbitrajes internacionales por motivos energéticos), está claro que las energías renovables son un actor a tener muy en cuenta en el campo de la generación eléctrica. Más del 30% de la demanda nacional se satisface con energías renovables siendo la eólica la primera fuente de generación eléctrica, por delante de nuclear, carbón o grandes centrales hidráulicas.

En los países que no disponen de reservas de hidrocarburos, las energías renovables suponen una fuente de generación eléctrica viable, ya sea fotovoltaica, solar termoeléctrica, biomasa, eólica,… no hay un solo país que no tenga a su disposición energía aprovechable. Sin embargo, no todo es electricidad. Gran parte de los llamados sectores difusos como el transporte o la calefacción deben ir electrificándose para poder beneficiarse de este tipo de energías.

Vehículo eléctrico, ciudades limpias

Independientemente de su energía primaria, la adopción del vehículo eléctrico permite una mayor oferta. En el motor de combustión, únicamente el petróleo puede satisfacer la demanda pero en un motor eléctrico se puede aprovechar la energía del gas natural, el carbón, la nuclear o las renovables. Sea el que sea el mix eléctrico de cada país, el vehículo eléctrico disminuye la dependencia de los países productores de petróleo y las variaciones de su materia prima.

Según los datos que manejan las Naciones Unidas, el 70% de la población mundial vivirá en ciudades en 2050. Este increíble incremento poblacional en las grandes urbes hará que sean responsables del 70% del consumo energético y el 80% de las emisiones. Concentrar tantas emisiones es nefasto para la salud, se estima que la contaminación causa 2 millones de muertes prematuras todos los años. El vehículo eléctrico permite que la contaminación del transporte pueda reducirse en las ciudades, donde afecta a más personas, y desplazarse a las centrales eléctricas que pueden controlar mejor sus emisiones.

«La contaminación causa 2 millones de muertes prematuras todos los años»

Ciudades inteligentes, ciudades sostenibles

El concepto de ciudad inteligente va mucho más allá de la energía. El desarrollo urbano que quiera basarse en la sostenibilidad debe contemplar educación, comunicación, transporte,… que permitan mejorar la calidad de vida con una gestión eficiente de los recursos naturales y económicos. Pero aunque las ciudades inteligentes no lo sean sólo en el ámbito energético, la forma en la que se genera la energía y la forma en la que se consume tienen mucho que ver con el concepto de ciudad inteligente.

A partir del 31 de diciembre de 2020, sólo a 5 años vista, cada edificio que se construya en la Unión Europea debe tener la etiqueta energética de “Edificio de Consumo de Energía Casi Nulo” o EECN. Esto no sólo supone un uso muy eficiente de la energía. También supone que casi toda la energía requerida deberá satisfacerse con fuentes renovables en el propio edificio o muy cerca del mismo.

«Hoy, ya es más fácil generar electricidad que comprarla a la red eléctrica»

El agua caliente sanitaria mediante solar térmica, minieólica y fotovoltaica para la generación eléctrica o district heating de biomasa o biogás para la calefacción son algunas de las alternativas.

Por supuesto, dentro de las ciudades no podemos dejar de hablar del autoconsumo, necesidad para zonas aisladas pero oportunidad para una industria, la fotovoltaica, que ha visto cómo sus costes han conseguido superar la paridad de red. Hoy, ya es más fácil generar electricidad que comprarla a la red eléctrica. El gran problema del pasado, el almacenamiento, ya está siendo solucionado por compañías como Tesla o Panasonic. Sólo falta una regulación que proporcione a los ciudadanos la capacidad de elegir…

Referencias:
IEA – Six Key Trends Shaping The Energy Future
OMS – Calidad del aire y salud
APPA – Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables
Panasonic – Cómo será vivir en una casa de Cero Emisiones